miércoles, 6 de marzo de 2013

Cuchipanda




     El protagonismo del tetrápodo en los últimos milenios se muestra también en la capacidad de desarrollo léxico-semántico que aquel ha experimentado así como en las pintorescas y variadas motivaciones de las nuevas voces. Por ejemplo, los términos alemán Pferd ‘caballo’ y castellano palafrén —seguramente este desde el catalán palafré y este desde el antiguo franchute palefrei y este desde el antiguo alto alemán parafrid— proceden del híbrido grecolatino parauerēdus ‘caballo de repuesto [para la posta]’ compuesto del griego pará (παρά) ‘junto’ y de uerēdus ‘caballo de posta’ (San Isidoro, or. 12,1,55), que es a su vez otro término gálico (Ernout & Meillet 1979: 723 s.u.; Alinei 2000: 572). De modo que en la voz palafrén hay probablemente afluencias gálica, helénica, latina, alemana, catalana y francesa. Verdaderamente las lenguas no son genealogía, sino bosques mixtos, batiburrillo, mezcolanza, hibridismo y contaminación.

*Xaverio Ballester, Zoónimos ancestrales, Valencia 2006.

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