sábado, 20 de octubre de 2012

Cocina con amor




Alguien ha cocinado varios platos.
Para días. Alguien es bueno
y no ha pensado en el reflujo.
Allí nos dirigimos
a equivaler comida y beso, a hacer
de la tortilla un gran abrazo —puede
ser esponjoso, puede seco.

El coche centellea, llueve un poco,
más allá de las cunetas girasoles
de cartón y pámpanas rojizas extienden el otoño.
Se nos caen secretos, hojas de chopo por la boca
sabemos que el horizonte y la garganta
son la misma cosa.

Es mucho darse cuenta del continuo.

En la cocina-sala,
hay impedimentos al tránsito normal
de luz, aire y coloquio. Hay un ansia literal.

Después de los palés de autoayuda,
de creer en la transmigración, en el salto evolutivo,
en que algún día seremos sabías bolas de luz,
se le han atrofiado los intercostales.

Respirar le duele.

«Omnipotente amor, altísimo y ubicuo»
pero con el amor vienes a vértelas
y recoger las migas ­—quedan
algunas en la mesa.

Primum manducare, ese es el terreno.
Hablaremos de pájaros
cuando el mundo no orbite en tu pulmón izquierdo.

Qué pena cuando miras hacia arriba
porque
cambia la estación. Comienzan a hibernar tus ojos.



9 comentarios:

  1. Pero qué bonito 'comienzan a hibernar tus ojos' y todo en general, qué sensibilidad, qué imágenes, qué cosas. Precioso, me encanta, un 10.

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  2. La gente va a pensar que tanto elogio es por amor!!

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  3. Nooo, no tiene nada que ver. Gente que me lee: precisamente por amor me meto con Guillermo todo lo que quiero, si lo halago lo halago de verdad.

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  4. Respuestas
    1. y yo no lo digo por amor. ni siquiera por filocapilarismo.

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  5. Sería preocupante, y eso que tengo mi propia opinión en la polémica entre partidarios de Lamarck y de la epigenética. Pronto habrá un cambio en lo piloso. No quiero adelantar nada.

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  6. Me ha gushhhtado una muntoná y un pellizco. Y yo comentando libros de mierda. Ofú.

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  7. El glorioso día en que publique, podrás reseñarme -o despacharte- bien a gusto. Entretanto, la están peinando.

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