Alguien ha
cocinado varios platos.
Para días.
Alguien es bueno
y no ha pensado
en el reflujo.
Allí nos
dirigimos
a equivaler
comida y beso, a hacer
de la tortilla
un gran abrazo —puede
ser esponjoso,
puede seco.
El coche
centellea, llueve un poco,
más allá de las
cunetas girasoles
de cartón y
pámpanas rojizas extienden el otoño.
Se nos caen
secretos, hojas de chopo por la boca
sabemos que el
horizonte y la garganta
son la misma
cosa.
Es mucho darse
cuenta del continuo.
En la cocina-sala,
hay impedimentos
al tránsito normal
de luz, aire y
coloquio. Hay un ansia literal.
Después de los
palés de autoayuda,
de creer en la
transmigración, en el salto evolutivo,
en que algún día
seremos sabías bolas de luz,
se le han
atrofiado los intercostales.
Respirar le duele.
«Omnipotente
amor, altísimo y ubicuo»
pero con el amor
vienes a vértelas
y recoger las
migas —quedan
algunas en la
mesa.
Primum
manducare, ese es el terreno.
Hablaremos de
pájaros
cuando el mundo
no orbite en tu pulmón izquierdo.
Qué pena cuando
miras hacia arriba
porque
cambia la estación.
Comienzan a hibernar tus ojos.
Pero qué bonito 'comienzan a hibernar tus ojos' y todo en general, qué sensibilidad, qué imágenes, qué cosas. Precioso, me encanta, un 10.
ResponderEliminarLa gente va a pensar que tanto elogio es por amor!!
ResponderEliminarPero muchas gracias
EliminarNooo, no tiene nada que ver. Gente que me lee: precisamente por amor me meto con Guillermo todo lo que quiero, si lo halago lo halago de verdad.
ResponderEliminar¡poemaco!
ResponderEliminary yo no lo digo por amor. ni siquiera por filocapilarismo.
EliminarSería preocupante, y eso que tengo mi propia opinión en la polémica entre partidarios de Lamarck y de la epigenética. Pronto habrá un cambio en lo piloso. No quiero adelantar nada.
ResponderEliminarMe ha gushhhtado una muntoná y un pellizco. Y yo comentando libros de mierda. Ofú.
ResponderEliminarEl glorioso día en que publique, podrás reseñarme -o despacharte- bien a gusto. Entretanto, la están peinando.
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