En la primavera de 1950, en la plaza de un pueblo siciliano donde Gide
pasaba sus vacaciones (era el último año de su vida), tuvo otro encuentro con
Cocteau, un encuentro de despedida del que el autor de estas notas fue testigo.
Gide solía pasarse la mañana en la plaza, dormitando al sol. Permanecía
sentado, bebiendo sorbos de agua salada de una botella recién traída del mar,
inmóvil como un mandarín, envuelto en una invernal capa negra de lana y tocado
con un sombrero de fieltro de alas anchas que sombreaba su rostro severo, como
de arpía; era un ocioso ídolo-santo (en cierto sentido) a quien nadie dirigía
la palabra y que no hablaba con nadie, exceptuando alguna conversación
ocasional con cualquier Ganómedes del lugar que despertara su fantasía. Una
mañana, Cocteau entró caminando lentamente en la plaza haciendo girar su bastón
y trató de interrumpir los ensueños de Il Vecchio (como los ragazzi
del lugar llamaban al distinguido octogenario)[...] Cocteau seguía mostrándose
ansioso por agradar, seguía siendo la bailarina libélula en cuyas alas se
reflejaba el arco iris, una libélula que invitaba al sapo no sólo a que la
admirara sino incluso quizá a que la deborara. Bailaba a su alrededor, y su
alborozado retintín le hacía la competencia a la música de las campanillas de
los carros tirados por burros que pasaban junto a ellos, desparramaba rayos de
amargo ingenio que picaban como el sol de Sicilia, parecía expandirse, se
entusiasmaba y acariciaba la rodilla del anciano, le cogía las manos, le
estrujaba los hombros, le besaba las apergaminadas mejillas mongólicas, pero
era en vano, nada despertaba a Il Vecchio: parecía que se le revolviera
el estómago sólo de pensar en digerir un forraje de tan caprichosos colores,
así que continuó siendo un sapo inapetente sentado en medio de un matorral
espinoso hasta que, por fin, se dignó croar: «¡Estáte quieto! ¡Echas a perder
la vista!»
*T.Capote, Retratos. Ed.Anagrama
*T.Capote, Retratos. Ed.Anagrama
Qué bonito! me dan ganas de ser libélula
ResponderEliminarNo. La libélula, aunque hermosa -es al insecto lo que el galgo al perro-, es más bien cansina.
Eliminary la música es muy chula
ResponderEliminar=) bienvenido a la selva!!!! :D
ResponderEliminarsaludos!
me gusta la musica... y ....
«¡Estáte quieto! ¡Echas a perder la vista!»
Bienvenido al mundo del blog, un abrazo !
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