martes, 15 de mayo de 2012

Libélula y sapo

   En la primavera de 1950, en la plaza de un pueblo siciliano donde Gide pasaba sus vacaciones (era el último año de su vida), tuvo otro encuentro con Cocteau, un encuentro de despedida del que el autor de estas notas fue testigo. Gide solía pasarse la mañana en la plaza, dormitando al sol. Permanecía sentado, bebiendo sorbos de agua salada de una botella recién traída del mar, inmóvil como un mandarín, envuelto en una invernal capa negra de lana y tocado con un sombrero de fieltro de alas anchas que sombreaba su rostro severo, como de arpía; era un ocioso ídolo-santo (en cierto sentido) a quien nadie dirigía la palabra y que no hablaba con nadie, exceptuando alguna conversación ocasional con cualquier Ganómedes del lugar que despertara su fantasía. Una mañana, Cocteau entró caminando lentamente en la plaza haciendo girar su bastón y trató de interrumpir los ensueños de Il Vecchio (como los ragazzi del lugar llamaban al distinguido octogenario)[...] Cocteau seguía mostrándose ansioso por agradar, seguía siendo la bailarina libélula en cuyas alas se reflejaba el arco iris, una libélula que invitaba al sapo no sólo a que la admirara sino incluso quizá a que la deborara. Bailaba a su alrededor, y su alborozado retintín le hacía la competencia a la música de las campanillas de los carros tirados por burros que pasaban junto a ellos, desparramaba rayos de amargo ingenio que picaban como el sol de Sicilia, parecía expandirse, se entusiasmaba y acariciaba la rodilla del anciano, le cogía las manos, le estrujaba los hombros, le besaba las apergaminadas mejillas mongólicas, pero era en vano, nada despertaba a Il Vecchio: parecía que se le revolviera el estómago sólo de pensar en digerir un forraje de tan caprichosos colores, así que continuó siendo un sapo inapetente sentado en medio de un matorral espinoso hasta que, por fin, se dignó croar: «¡Estáte quieto! ¡Echas a perder la vista!» 


  Pandora by Cocteau Twins on Grooveshark

*T.Capote, Retratos. Ed.Anagrama

5 comentarios:

  1. Qué bonito! me dan ganas de ser libélula

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    1. No. La libélula, aunque hermosa -es al insecto lo que el galgo al perro-, es más bien cansina.

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  2. =) bienvenido a la selva!!!! :D
    saludos!

    me gusta la musica... y ....

    «¡Estáte quieto! ¡Echas a perder la vista!»

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  3. Bienvenido al mundo del blog, un abrazo !

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