miércoles, 12 de junio de 2013

Así, alto y pequeño.

Horos en Megalo Baphi



Carta de Matías Pascal

En Nueva York jamás los rascacielos conocerán esa frescura
           que desciende y toca Kifisiá
mas las dos chimeneas que en el exilio me gustaban asomándose
           tras los cedros regresan
cuando miro los cipreses por detrás de la iglesia que conoces
donde hay frescos de réprobos que sufren entre hollín y fuego.

Con tus bellas caderas, durante el mes de marzo el reumatismo
           se ensañó y te fuiste a pasar el verano a Edipsós.
¡Dioses! Qué batalla da la vida por seguir adelante, como un río
           crecido que atraviesa el ojo de una aguja.
Calor pesado hasta el ocaso, las nubes de mosquitos que exhalan
           las estrellas, y yo bebo limonadas amargas y sigo con sed;
luna y cine, espectros y un puerto asfixiante, desvalido.

La vida nos ha devastado, Verina, como a los cielos del Ática,
           como a aquellos intelectuales que su propia cabeza escalan
como a aquellos paisajes que por hambre y por sequía
           han acabado por adoptar distintas poses
como a todos esos jóvenes que gastaron sus almas por lucir un
           monóculo
y las muchachas heliotropo que aspiran sus corolas para volverse lirios.

Los días pasan muy despacio; mis días entre relojes transcurren
           remolcando detrás de sí al minutero.
Recuerda cómo ya exánimes los dos nos escurríamos por entre
           aquellos callejones para que no nos destriparan los faros de
           los automóviles.

La idea de un mundo ajeno nos envolvió apretándonos como
           una red
y nos marchamos con una daga clavada dentro mientras ibas
           diciendo «Harmodio y Aristogitón».

Inclina la cabeza para poder mirarte, aunque si te viera intentaría
           mirar más lejos.
¿Qué vale un hombre? ¿Qué desea y qué cosa va hacer para
           justificar su vida cuando la Parusía?
¡Ah, si me encontrara en un barco extraviado y al pairo en el
           océano Pacífico, a solas con el mar y con el viento
a solas y sin radio ni fuerzas para enfrentar los elementos.


* Yorgos Seferis, Mythistorima. Galaxia Gutenberg (Trad. Selma Ancira y Francisco Segovia).



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