Perro mojado (virtud de humanos)
Eros les objetó
todo el verano
por la elección
de muebles, por las parentelas.
Aspiras a
eremita a largo plazo,
tienes el
corazón hormigonera
—no ha de
faltarte perra ni tabaco.
Ella baila, ella
te arde dentro de los ojos,
chispas, si se
te caen, para la picadura.
Le gustaban tus sofritos, tus
meniscos.
Para prodigarse
eligió la suela blanda,
el último
regalo.
No llueve bajo
la falsa pimienta
donde hablas de
conmemoración
«va a crecer una
espiga por maceta,
va a haber piscina,
era un conguito».
Se acerca otro
verano pero
perros y gatos
no saben tirarse de bomba.
Tengo el feedback tuerto
La vida no es un
plato de lentejas
—la Antigüedad
con sus lecciones
a martillazo
limpio.
No corretea
Hefesto en brunas mieses,
Dionisio,
deslenguado, no ocupa
el tiempo en
rellenar impresos.
Si aprendes esto
no hay cobijo
que guarde
del aluvión de
tropos.
Hay una cháchara
pandémica extendiéndose
como célula
grasa.
Nada está a salvo
excepto el polen.
Procura que la
muerte te coja políglota
y empático,
ganador, exresidente en Camboya
por motivos de
trabajo.
Todos dicen «sí, sí, arriba,
arriba»
Lo que mejor
sabes hacer es mirar juncos,
la eficiencia
cuando oscilan. Una actividad
que no tributa.
Si me levanto
global,
traduzco un
responso que heredé.
En silencio zumba la sangre grave, agudo el nervio,
En silencio zumba la sangre grave, agudo el nervio,
allá bajo tu
cráneo
revisitas el
locus amoenus.
Puedo jurar que un galgo me ha
guiñado el ojo.
Estic aborronà!!! Bravo!!
ResponderEliminar¡Gracias Marian! A ver si llegamos a la salida cuando toca, que somos un club maldita sea. ;)
EliminarMe quito el sombrero (si lo tuviera me lo quitaría, ¡de verdad!)
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