Habla Neófito Enclisto
Impresionantes arquitecturas; San
Hilarión, Famagusta, Bufavento; casi un decorado.
Estábamos acostumbrados a
imaginar de otro modo al «Jesucristo vencedor»
alguna vez lo vimos en las
murallas de Constantinopla, desgastadas por tiendas de gitanos y
yerbajos secos,
con los grandes torreones en el
suelo como si se fuesen dados que echara un poderoso en desgracia.
Para nosotros era otra cosa la
guerra por la fe de Cristo
y por el alma de los hombres
sentada en el regazo de la Generala Defensora
que tenía en sus ojos de mosaico
la angustia de la grecidad,
la angustia de aquel piélago al
hallar el contrapeso de la bondad.
Que representen ahora sus
melodramas en los escenarios de las Cruzadas los Lusignan
y que se atolondren con el humo
que nos trajeron desde el norte.
Que se devoren y que el viento
los azote como a la galera que recoge las velas frente a la
tormenta;
En buena hora nos llegasteis a
Chipre, señores. ¡Cabrones y monos!
Englistra, 21 de noviembre de 1953
*Yorgos Seferis (trad. Selma Ancira y Francisco Segovia)
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