TABURETE
Al final no ha sido posible
ocultar este amor
pequeño cuadrúpedo de patas de
roble
de piel áspera y
sorprendentemente gélida
cotidiano objeto sin ojos pero
con rostro
cuyas arrugas anulares son señal
de un maduro juzgar
borriquillo gris el más paciente
de los borricos
ayunos demasiado largos hicieron
caer su pelaje
y no siento más que un mechón de
cerdas de madera
bajo mi mano cuando lo acaricio
por la mañana
– sabes querido había charlatanes
que decían: miente la mano miente
el ojo cuando contactan con
formas vacías –
era gente mala envidiosa de los
objetos
pretendían pescar el mundo con la
caña de la negación
cómo expresarte mi gratitud mi
admiración
acudes siempre que te convoca mi
mirada
con tu inmovilidad extrema explicándote
por señas
al pobre entendimiento: somos
verdaderos –
al final la fidelidad de los
objetos nos abre los ojos
*Zbigniew Herbert, Poesía
Completa. Lumen, 2012 (Trad. Xaverio Ballester)
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