miércoles, 16 de enero de 2013

Siempre falta otra frase





         En líneas generales hay que decir que esta generación está atrapada en un estado postoptimista, deliberada y extremadamente flexible, nervioso y balbuceante, y que sus miembros están demasiado están demasiado ocupados con sus redes de información y comunicación y obsesionados enteramente consigo mismos, con su propia distinción —sus gustos y su estatus— y sus propias ventajas. La única subcultura cuantitativamente relevante que ha creado, el hipster, carece de solidaridad, y su apreciación de la pornografía o de las cuestiones vinculadas con la justicia social es únicamente estética.

            ¿Cómo y por qué exactamente deberíamos liberarnos de la máquina incesante de parlotear si ésta domina ya todos los aspectos de nuestra vida cotidiana? ¿De qué nos sirve la movilidad si nos arranca de nuestras raíces, de qué la flexibilidad si se ha convertido en un fin en sí misma?

*Meredith Haaf, Dejad de lloriquear. Alpha Decay, 2012.

domingo, 13 de enero de 2013

El humo, como se ha dicho antes, que vino del norte

Habla Neófito Enclisto




Impresionantes arquitecturas; San Hilarión, Famagusta, Bufavento; casi un decorado.
Estábamos acostumbrados a imaginar de otro modo al «Jesucristo vencedor»

alguna vez lo vimos en las murallas de Constantinopla, desgastadas por tiendas de gitanos y 
                             yerbajos secos,
con los grandes torreones en el suelo como si se fuesen dados que echara un poderoso en desgracia.

Para nosotros era otra cosa la guerra por la fe de Cristo 
y por el alma de los hombres sentada en el regazo de la Generala Defensora

que tenía en sus ojos de mosaico la angustia de la grecidad,
la angustia de aquel piélago al hallar el contrapeso de la bondad.

Que representen ahora sus melodramas en los escenarios de las Cruzadas los Lusignan
y que se atolondren con el humo que nos trajeron desde el norte.

Que se devoren y que el viento los azote como a la galera que recoge las velas frente a la 
                             tormenta;
En buena hora nos llegasteis a Chipre, señores. ¡Cabrones y monos!

Englistra, 21 de noviembre de 1953

*Yorgos Seferis (trad. Selma Ancira y Francisco Segovia)