Es
sentimiento y lo sabéis
vosotros
monos que
peláis mariscos con mil piedras distintas.
Es
peán.
Todo
el día con los documentales voz en off
todo
el día
aprendiendo
providencia
porque hay marasmo
en
el cerebro del cielo
y
tal vez, como los monos, todo es meter mollera
mientras
creemos en la obliteración de los pantanos
y
en los árboles tan civilizadores.
Aquí
la actividad humana
—arte geórgica inclusive—
reducida
a tener las puntas del pelo vivas
y
aprovechar, festivos, nuestro lanugo y nuestra
charca
de cocido.
El
resto es olor y oprobio. No saber.
Quiero
un andamio a mi disposición
lo quiero ahora
para decir
dilo
tienes el pensamiento harapo
tienes
el corazón de céntimo mohoso
aunque hay resquicio.
Recuerda
que aquel día
—con
humor de agosto y aura matasuegras—
te
movió a piedad una patata y la llamaste fruta
porque
tubérculo es desconsiderado.
Quiero
silencio como por media hora
y
después que canten los de Bremen.
Habrá
una fiesta danzarines innegables
celebraremos la
traza románica con sayo
la
fe ciega en el dios surco-barbecho
y
lo que está dispuesto.
Dilo
has visto el instinto en la herramienta
y en la sobremesa
dilo
descollaremos en el beneplácito
alabaremos al simio
que hace a dios
segundo
a
segundo
igual nosotros.
Ay
cuadrumano tu plan sea.